Buscando salvaguardar el derecho que tienen los 25 mil habitantes del sector de El Boro de vivir en un ambiente libre de contaminación y que los tribunales cesen las operaciones de las piletas de aguas servidas, el alcalde de Alto Hospicio, Ramón Galleguillos, acompañado de concejales y familias de ese sector poblacional, presentaron un recurso de protección en contra de la empresa Aguas del Altiplano, la Superintendencia de Medioambiente, de Servicios Sanitarios y la Secretaría Ministerial de Salud, por las problemáticas de funcionamiento de las lagunas de estabilización y la emanación de gases tóxicos que dañan la salud de las personas.
La acción judicial que fue interpuesta en la Corte de Apelaciones de Iquique por el abogado Juan José Sampson, busca que los ministros del máximo tribunal regional se pronuncien respecto de la materia y pongan fin a las acciones arbitrarias e ilegales de la empresa, asegurando la debida protección de los afectados.
Dentro de las líneas de argumentación del recurso, se establece que los habitantes de El Boro conviven desde 1998 con una plata de tratamiento de Aguas Servidas, la cual es operada por la sanitaria Aguas del Altiplano, quien es dueña de la concesión. Desde esa época, los habitantes del perímetro han debido vivir con la contaminación odorífica generada por dichas instalaciones, las que se han mantenido en el tiempo, generan diversos efectos negativos en la salud de las personas y en la calidad de vida, la que se ha ido deteriorando en forma gradual, ya que la fetidez -a pesar de mantener sus inmuebles con puertas y ventanas cerradas -, permea las propiedades, generando malestares generalizados, tales como, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, sensación de asco, entre otros.
Dentro del recurso, además, se proporcionan datos para respaldar la acción, algunos de ellos, se relacionan con estadísticas emitidas por el Centro de Salud Familiar de El Boro, donde desde el 2013 se han atendido un total de 1871 consultas médicas relacionadas con la materia, a lo que suman 213 casos de cefaleas y 239 por diarreas de origen infeccioso, adjuntando además testimonios de pobladores afectados y estudios.
Con los antecedentes aportados, la Municipalidad de Alto Hospicio busca establecer que la empresa sanitaria ha transgredido las normas de calidad y de emisión de gases tóxicos, ya que los desechos orgánicos generan ácido sulfhídrico que puede llegar a ser mortal para los seres humanos y que frente a esa situación, los servicios públicos recurridos y que deben cumplir el rol de fiscalizar o interponer sanciones, no han hecho nada que impida a la sanitaria recurrida poner término a los malos olores en el sector.
En ese sentido, el alcalde de Alto Hospicio, Ramón Galleguillos, explicó que a raíz del funcionamiento de las lagunas de estabilización, los habitantes de El Boro han visto conculcados derechos constitucionales. “Se han conculcado derechos consagrados en el Artículo 19, números 1 y 8 de la Constitución Política de la República, tales como, derecho a la vida, integridad física y síquica de las personas y el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación, esto producto de la desidia de la empresa concesionaria y la ineficacia de los servicios públicos en la fiscalización. Recurrimos a la Corte de Apelaciones de Iquique pues hay organismos que no están haciendo la pega y la empresa concesionaria hace sólo promesas y no cumple con nada, mientras hay cientos de pobladores perjudicadas. Este es el primero de los pasos, el segundo golpe lo daremos con el vertedero y ahí si que vamos con todo”.
De esta manera, el recurso interpuesto busca que los tribunales paralicen el funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas servidas para que cesen las emanaciones de olores pestilentes y gases tóxicos, junto a que restablezcan el imperio del derecho y aseguren la debida protección de los habitantes de ese sector poblacional.
Yenny Ayala, presidenta del Movimiento Acción Ciudadana de Alto Hospicio, avaló el recurso e indicó que los olores nauseabundos que emanan de las lagunas han generado una serie de problemáticas de salud en los barrios aledaños, donde registran cerca de 500 niños con diversas patologías, principalmente, cuadros de diarreas, fuera de la presencia de vectores.